Está comprobado que las personas con pocas destrezas de Inteligencia Emocional les dan vueltas continuamente a los acontecimientos negativos, piensan de modo categórico (blanco o negro), se preocupan excesivamente sin resolver casi nada y, en general, piensan y actúan de forma más rígida, lo que aumenta su infelicidad y malestar.
Por el contrario, las personas más inteligentes emocionalmente poseen mayor autoestima, manejan adecuadamente la empatía y la asertividad, toleran mejor la frustración y son muy capaces de sobreponerse a situaciones negativas. También se puede añadir que estas personas tienden a la planificación de la acción actuando de forma eficaz, y al afrontamiento de situaciones, aprendiendo de éstas aún cuando pueden suponer una equivocación o un fracaso.
Manejan las emociones negativas con un mínimo de estrés y se ponen en marcha para resolver los problemas de la vida diaria de un modo efectivo, en vez de estar lamentándose sin hacer nada. Están orientados/as a la solución de problemas, en vez de dedicarse a juzgarse a sí mismos/as y a los demás.
El pasado miércoles concluyó un nuevo taller sobre Inteligencia Emocional organizado por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Avilés y en el que abordamos los diferentes aspectos que suponen una manera inteligente de conocer y manejar nuestras emociones con el objetivo de ser más eficaces y sentirnos mejor en nuestra vida cotidiana.
Gracias a todas las personas componentes del grupo que, con sus acertadas aportaciones, contribuyeron a enriquecer los contenidos y a crear un clima de motivación y confianza. Un enorme abrazo desde aquí para todas.
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