El viernes, en el taller llevado a cabo en la Asociación de Vecinos de El Quirinal, analizamos los roles femeninos en las canciones de ayer y de ahora. Fuimos analizando la influencia directa de los relatos sociales (y las canciones forman parte de esos relatos) en la asunción de una forma de pensar, de sentir y de actuar, en definitiva, de una forma de estar en el mundo diferenciada para mujeres y para varones, y como esos procesos de socialización diferenciados construyen y mantienen la desigualdad que ocasiona la violencia
Comenzamos analizando letras de canciones en las que queda de manifiesto qué se espera de unas y de otros, cuál es el papel que nos corresponde y del que no debemos apartarnos.
Un segundo grupo de canciones mostraron bien a las claras la cosificación de las mujeres como norma, como realidad cotidiana que, durante décadas, nadie osó replicar.
Escuchamos también temas que ensalzan el amor romántico, ese que exige sacrificio y sumisión en aras de lograr la autorrealización que proviene del verdadero amor.
Tras las anteriores entramos ya en el núcleo duro, las que promueven la cultura de la violación, tan extendida y normalizada (cultura que promueve que las mujeres somos seres violables y que, aunque digamos que no, no importa pues «nos va a acabar gustando») y las canciones que directamente nos matan (y quienes las cantan se quedan tan anchos…)
Eso sí, finalizamos con temas que promueven las relaciones sanas y, sobre todo, temas que afianzan el empoderamiento de las mujeres, con letras que nos valoran y tratan con respeto, con el respeto que, como seres humanos, merecemos.
Mil gracias, un año más, a la Asociación de Vecinos de El Quirinal por contar conmigo y mil gracias a todas las mujeres participantes por su saber y por su fuerza. Sois todas geniales.
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