MAMÓGRAFOS (13-11-17)
Esta semana se han puesto a funcionar en cuatro hospitales asturianos los mamógrafos que la sanidad del gobierno de nuestra región anunció allá por la primavera. Una adquisición a todas luces necesaria, dado el deterioro de los tercermundistas aparatos analógicos con los que cada día tenían que lidiar profesionales y usuarios con más paciencia que el mismo Job.
Una noticia positiva, sin lugar a dudas, Disminuir la incidencia de mortalidad por cualquier causa, y el cáncer es una causa con la que convivimos cada día, debería de ser una de las prioridades de nuestros gobernantes.
El caso es que los medios ya nos han dado buena cuenta del origen de tal inversión seguro que lo saben: la generosa donación del presidente de la empresa textil Inditex.
Desde luego que no voy a ser yo desagradecida con tan altruista acción, por supuesto que no, bienvenida sea, que buena falta hace, igual que no sería de recibo criticar, por ejemplo, la labor de las ONG´s o de cualquier entidad que aporte dinero y esfuerzo en la solidaridad con los demás.
Pero no podemos perder de vista algo esencial, que, tanto el gobierno autonómico como el central, son los principales responsables de asegurar la salud de la ciudadanía, si algo tenemos que exigirles es una adecuada gestión de los dineros, y más en un tema como es la sanidad pública, cuyos recortes estamos notando cada día en las cada vez más largas listas de espera, en la reducción de profesionales, en la escasísima inversión en investigación…
Pero parece que no pasa nada… Que se estén cargando un modelo sanitario ejemplar en el mundo entero parece que no nos hace salir a la calle ni poner banderitas en nuestras ventanas en señal de legítima protesta.
Creo que no se puede dejar en manos privadas nuestras vidas, porque las manos privadas puede que den, pero puede que no…
¿Se imaginan que nuestro prohombre hubiera decidido hacer filantropía invirtiendo en la lucha de la polilla guatemalteca? Lo tengo claro, seguiríamos con los obsoletos mamógrafos de marras que, además de no tener tanta fiabilidad, ni tanta capacidad diagnóstica, espachurraban la teta sin compasión, como si de manzana para sidra se tratara y, qué quieren que les diga…, pa sidra, la del duernu, ahora que tamos en tiempo de ello…
VERÓNICA FORQUÉ (20-11-17)
La gran Verónica Forqué recibía el pasado viernes, muy merecidamente pienso yo, el premio Nacional de Cinematografía Nacho Martínez en la gala inaugural de la 55 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón.
Muchas veces la he visto en el cine, aunque ha sido sobre las tablas donde más he disfrutado de su talento, de su inigualable vis cómica, de su capacidad de reírse y hacernos reír hasta de su sombra, y me he rendido a su arte, me he dejado traspasar por su ternura y su fragilidad, sumergiéndome junto a ella en aquello que le pasara en la historia que estuviera interpretando. Carmina, Shirley, Margarita… son sólo algunos de esos personajes que, de forma extraordinaria, La Forqué ha llenado de vida, ha dotado de alma.
Otra gran cineasta reconocida en la edición de este año será Isabel Coixet, creadora de otra retahíla de personajes femeninos extraordinarios e imborrables, que recibirá el Premio Mujer de Cine 2017.
Me encanta que se premie a mujeres que lo valen y lo merecen y que se reivindique su lugar en un medio tan tradicionalmente masculino como es el cine.
Y es que, en el festival gijonés, las mujeres de cine van a contar, y mucho… Nada más y nada menos que se van a proyectar alrededor de 50 películas hechas por directoras. Algo raro, muy raro de encontrar en otros festivales y ya no digamos en la cartelera diaria. Cojan ustedes cualquier guía del ocio de cualquier semana, en los cines asturianos sin ir más lejos, y verán que encontrar una película dirigida por una mujer puede volverse casi misión imposible y, como podemos comprobar a nada que abramos un poco la mirada cinéfila, las hay, y muy buenas…
Pero, es evidente que el relato audiovisual adolece de la misma desigualdad que se aprecia en cualquier otro ámbito de la vida y de la sociedad, los directores suelen ser ellos, los guionistas suelen ser ellos, los compositores de las bandas sonoras suelen ser ellos, los protagonistas a los que les pasan cosas interesantes suelen ser ellos.
Aun así, no me cabe la menor duda: Esto ya está cambiando…
BLACK FRIDAY (27-11-17)
Dos palabras me han estado persiguiendo en estos últimos días, dos palabras que, sin cesar, se me aparecían… En cualquier lugar, en cualquier esquina… Me subía al coche y ahí estaban, en la radio sonando; miraba el correo electrónico y mis mensajes habían colonizado; iba por la calle y por todos lados salían… Una y otra vez, como en una pesadilla de la que no me podía esconder: Black Friday, Black Friday, Black Friday… (por cierto, no oigo yo a algunos señores académicos de la lengua protestar por esta colonización anglófona con la misma virulencia con la que censuran y, lo que es peor, ridiculizan el lenguaje no sexista)
Pero bueno, a lo que iba, el caso es que, cada año que pasa, más se consolida, la gran fiesta del consumo nos atrapa de forma obsesiva.
Da igual que el pequeño comercio se muera de inanición…
Da igual que haya cada vez más trabajadores y trabajadoras con unas condiciones laborales que les sitúan en el umbral de la pobreza o directamente en ella…
Da igual que la mayor parte de lo que compremos esté fabricado en condiciones de semiesclavitud…
Da igual que, con tan desmesurado consumo, esquilmemos el planeta que nos da cobijo y vida…
Da igual que lo convirtamos en un vertedero global inservible y contaminante…
Da igual que ese consumo compulsivo sea origen de una gran insatisfacción vital e incluso de problemas relacionados con la ansiedad…
Da igual que en unas semanas, quizá incluso días, nos demos cuenta que la mayor parte de lo comprado se quedará, seguro, en un rincón, olvidado, pues realmente no lo necesitamos …
Da igual que, en seguida, nos pongamos de nuevo en modo consumo y estemos babeando ante nuevos horizontes: las navidades, los reyes, el Cyber Monday o lo que se quieran inventar. Para eso nos van programando ¿no? El ultracapitalismo feroz nos necesita…
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