NOVATADAS (24-9-18)
Cada vez más madres y padres me transmiten su preocupación por las novatadas. En estos días que comienzan las clases universitarias, la alegría de que su hijo o su hija comience esta nueva etapa formativa se ve empañada, sobre todo si se aloja en un colegio mayor, por la posibilidad de que se vea en la obligación de soportar un sinfín de pruebas vejatorias que, disfrazadas de bromas y ritos iniciáticos, pueden acabar afectándole en su integridad física y mental.
Por mucho que, sobre el papel, se hayan prohibido y puedan ser motivo de expulsión, cada año por estas fechas acaban saliendo a la luz casos de jóvenes que, debido a la gravedad de estas “bromas” han llegado a precisar atención sanitaria.
Las novatadas vienen de antiguo, no suponen nada nuevo bajo el sol. En España se sabe de su existencia desde que se fundaron las primeras universidades, allá por la Edad Media. Y en pleno siglo XXI, no sólo no han perdido vigencia, sino que se han sofisticado, pudiendo llegar a situaciones de salvaje y extrema crueldad.
Por cierto, sepan ustedes que la crueldad es una característica netamente humana, ningún otro animal, por mucha agresividad que muestre, hace daño por el mero placer de hacer daño. Ya lo dijo Nietzsche: “La crueldad es uno de los placeres más antiguos de la humanidad”.
En el tema de las novatadas si algo perpetúa la crueldad es la ley del silencio, porque las víctimas aguantan abusos, humillaciones y torturas para no ser apartados y porque, y esto es lo más perverso, cuando estas víctimas pasan a ser veteranos, muchos y muchas, se convierten en torturadores del nuevo alumnado que sigue llegando.
No sé si decirles a estos padres que puede que sus miedos acerca de las novatadas sean totalmente fundados, pero que quizá deban tener más miedo de que su adorable criatura sea quien las lleve a cabo. Por aquello del riesgo de un diagnóstico de psicopatía. No olvidemos que detrás de esa futura médica, ese futuro psicólogo, esa futura profesora, ese futuro juez o ese futuro dirigente político puede haber un torturador que disfruta sometiendo y dañando a otro ser humano.
BARRERAS MENTALES (17-9-18)
Hace unos días nos enteramos que la policía local de Siero cada vez tiene que poner más multas a la gente que deja su coche en aparcamientos específicos para personas con discapacidad, personas que, no lo olvidemos, por enfermedad o por accidente, tienen dificultades para la movilidad. Y no crean ustedes que esto sólo pasa en Siero, por desgracia, lo vemos en cualquier lado. Por no caminar un poco más, hay gente a la que le importa un pimiento si fastidia a otros seres humanos y pisotea, sin ninguna empatía sus derechos. Las barreras físicas a las que las personas con discapacidad se tienen que enfrentar no son nada comparado con las barreras mentales de quienes no se molestan lo más mínimo por el bien común, pues sólo miran por el bien propio, el suyo claro…
Tantos siglos de civilización, de filosofía, de ética, de supuesto desarrollo moral no parecen haber servido de nada, los seres humanos parece que seguimos funcionando con la inmadura moral heterónoma, es decir, que sólo cumplimos con las normas sociales para evitar una sanción, no porque lo consideremos más sano, más justo o más solidario. Así fue como nos acostumbramos a usar el cinturón de seguridad en los coches o a no fumar en los espacios cerrados.
Pero hay tantos quebrantamientos del bien común que no reciben sanción alguna… Y ante todo ello ¿qué hacemos? Comportarnos como meros espectadores, como quien va al fútbol, anima a su equipo, abronca al equipo contrario y, después se vuelve para su casa como si nada hubiera pasado. No hay mayores consecuencias porque, en el fondo, funcionamos con aquello de que tonto el último…
Por cierto, ahí tenemos a Natalio Grueso, en busca y captura. Debe ser que vio que esta era la Semana Europea de la Movilidad y se dijo pies para que os quiero.
Hablando de la semana de movilidad, les recuerdo que no aparquen, por favor, en los lugares que no les corresponden, se sentirán mejor consigo mismos. Y ya puestos, desplácense lo que puedan en bici, presta más, doy fe de ello …
FRASES QUE REMUEVEN (10-9-18)
Hay frases que no nos dejan indiferentes…
Algunas fortalecen la mente. No necesariamente son las más recargadas, las más poéticas o las más rebuscadas.
Esta semana escuché una, aquí en la Ser: “Hay que educar para la vida”
La dijo con absoluta sencillez Elisa de la Riva, la maestra de Lucas, un niño del colegio de la Virgen del Camino, que, con sólo 4 años, quizá haya salvado la vida de su madre al llamar al 112 cuando la vio desvanecerse por una hipoglucemia. Lucas entendió que su madre necesitaba ayuda y que se tenía que encargar él, así que puso en práctica lo que le habían enseñado.
Y es que, reconozcámoslo, en los coles, bastante tienen con intentar cumplir con el currículum que se les impone, y, en las casas, entre los deberes y las clases de inglés, kárate, violín y yoga, no sobra mucho tiempo tampoco. Con lo que, al final, quedan sin abordar, quizá los aprendizajes más básicos, como el nombre de la calle en la que se vive o a quién avisar si fuera necesario.
Educar para la vida… A veces se nos olvida de lo capaces que realmente son y no potenciamos su autonomía, les tratamos como inútiles funcionales hasta que se independizan.
Pero volviendo a las frases, las hay también de otro tipo, frases oscuras que dañan el alma.
“…Os tendríais que sacar una teta, así os pondría la nota que quisierais…” Esta impresentable frase, junto con otras parecidas, ha sido el motivo para la sanción de 6 meses apartado de la docencia impuesta a un profesor de la Facultad de Psicología de Oviedo, sí, de psicología, quizá por eso me indigna más.
Que chicas de 19 años tengan que lidiar no sólo con las asignaturas, los trabajos y las prácticas, sino también, y esto es lo más terrible, con el acoso, las humillaciones y las amenazas de personajes de esta calaña tiene que ver también con educar para la vida: educar para la igualdad, el respeto y la empatía.
A algunos tipos habría que hacerles una restauración integral… Por favor, que alguien llame a la voluntariosa restauradora de Rañadoiro. Igual les arreglaba un poco…
EL FINAL DEL VERANO (3-9-18)
Se nos acaba el verano y “No quedan días de verano, el viento se los llevó, un cielo de nubes negras cubría el último adiós…” Esto será para Amaral, porque aquí en Asturias vamos por libre hasta en el tiempo. Las nubes negras no vienen al final, vienen durante medio verano. Van a tener que cambiarnos el orden de las estaciones a primavera, otoño, verano e invierno. Ye lo que hay. El cambio climático a la manera asturiana.
Y es que, realmente, ha sido un verano atípico, ¿Cuándo se ha visto un verano sin canción del verano?
También ha sido un verano atípico en cuanto a la cantidad de noticias tan distintas a las de relleno habituales por estas fechas. Entre ellas, una que sigue coleando (y lo que nos queda…), el tema del Valle de los Caídos y el dictador okupa al que, por increíble que parezca, aún nadie había echado. Y la cancha que, de forma indecente, se les está dando en los medios a franquistas de pro que se pasan por el forro la historia y repiten como un mantra bulos y mentiras. Eso sí que son nubes negras.
En fin, que, como nos cantaba el Dúo Dinámico “el final del verano llegó y tú partirás…” Y la verdad es que ha sido un verano de partidas, entre ellas tres que me han llegado al alma:
Una, la de Javier Ardines, el concejal de IU de Llanes, quitado de en medio por unos asesinos, aún desconocidos, esperemos que pronto los encuentren. Gracias por su integridad, Señor Ardines.
La segunda, al otro lado del charco, la partida de mi cantante favorita, la reina del Soul, Aretha Franklin. Gracias Señora Franklin, por su voz, por su alma, por su concierto del 16 de septiembre de 2010 en el que cumplí mi sueño de verla en directo.
La tercera partida, la del niño sotobarquense Manu Barrera, otra víctima más del puñetero cáncer, y al que este verano, como los tres veranos anteriores, pudimos ver en la Playa de los Quebrantos desfilando, de forma solidaria, como un Stormtrooper más. Gracias, pequeño Manu, por tu fuerza, por tu determinación y por esa chispa en tu mirada que nunca podremos olvidar.
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