CARTA A UNA TRABAJADORA (1-10-18)
Querida María!
Ya he recibido tu correo en el que me cuentas lo de la huelga, lo de que tú y doce mil trabajadores más de Asturias (bueno casi todas trabajadoras, es verdad), os vais a movilizar para defender un convenio digno, un convenio que mejore esas indecentes condiciones laborales que parece que no interesa cambiar.
Llama la atención que tu empresa, al igual que el resto de empresas que llevan los servicios de limpieza en los hospitales, colegios y oficinas varias, siga escudándose en el tema de la crisis para teneros con un sueldo de mierda, pero ahí siguen, porque las administraciones les dejan.
Si no hay en estos días un entendimiento con la patronal os oiremos gritar, y os acompañaremos en ese grito porque muchas cosas tienen que cambiar; porque ya les vale pagaros 27 euros por 7 horas de intenso trabajo; porque los trayectos entre los sitios a los que os mandan ir no os los cuentan como horario laboral, con lo que estáis realmente todo el día; porque tenéis que hacer aún más trabajo del que os corresponde porque no quieren contratar a más personal; porque nos dijo el BOE hace un par de días que los que dicen estar al servicio de la ciudadanía no tienen la más mínima idea de lo que supone la precariedad…
Sé que con esta huelga puede que pongas en riesgo tu trabajo, ese del que depende tu economía. Ese que, aunque te caigas del cansancio afrontas siempre con una sonrisa.
Eres muy valiente, María, valiente como cuando en marzo las mujeres hicimos huelga por la igualdad, valiente como quienes dentro de la judicatura y de la fiscalía hicieron huelga en mayo por la tan necesaria despolitización del sistema judicial, valiente como los y las pensionistas que llevan todo el año (y les queda cuerda para rato) movilizándose para pelear por unas pensiones dignas para los jubiletas de ahora y para los que llegaremos detrás, valiente como el alumnado de la Universidad Rey Juan Carlos que hace cuatro días llevaron a cabo una huelga para intentar recuperar el prestigio que unos caraduras les han arrebatado.
Todavía quedáis valientes en el mundo. Todavía hay esperanza…
VIVAS Y VÍTORES (8-10-18)
Hay historias que producen sorpresa, pero también mucho miedo, miedo de pertenecer a una sociedad enferma.
-Está la historia de uno de los más crueles torturadores del torturador régimen franquista, visto recientemente en un acto oficial, invitado en una comisaría de policía a un vino español, unos aperitivos y un poco de charleta, que el hombre necesitará también hablar ¡Viva el vino!
-Tenemos además la historia de uno de los narcotraficantes más buscados de España que aparece de protagonista en un videoclip musical, por cierto, bastante cutre y machista, que viene a confirmar lo de la relación directamente proporcional entre acumular dinero, ausencia de ética y misoginia ¡Viva el Reggaeton!
-Hemos sabido también de un alcalde del PP que, cual iluminado del coaching, no duda en resaltar el lado positivo de una muerte: divulgar su localidad por todo el territorio nacional. El asesinato a puñaladas de Manuela, una más en la terrorífica e insoportable lista de víctimas de la violencia machista, resulta que promociona su pueblo ¡Viva el turismo!
-Y, para terminar, tenemos la tronchante historia de un juez, una fiscal y una letrada que, tras la celebración de una vista y saltándose a la torera el código de ética judicial y el mínimo más mínimo exigible de decencia personal, fueron grabados, como si de telebasura se tratara, “rajando” de una víctima con valoración policial de riesgo extremo, burlándose de ella e insultándola. “Bicho” e “Hija de puta”, así la calificaron y así ultrajaron y denigraron a todas las mujeres que son violentadas y así mancillaron la toga que lucían, con gran jolgorio, en la sala de vistas según recogían ¡Viva la justicia!
Hay historias que parecen inspiradas en un guion de Berlanga.
Necesito calma, necesito música ¡Qué vivan Montserrat Caballé y Charles Aznavour!
ASTURIAS DE MIS AMORES (15-10-18)
Resulta que una encuesta de ámbito nacional sitúa a Asturias en el número uno de las comunidades más queridas por el resto de comunidades autónomas. Quizá la validez científica de dicha encuesta sea más que cuestionable, pero de lo que no hay duda alguna es de que Asturias enamora a cualquiera.
Eso sí, supongo que en esa encuesta no se tuvo en cuenta el reciente comentario de un concejal del Partido Popular del Ayuntamiento de Gijón quitando hierro a los crímenes del campo de exterminio de Mauthausen. Hubiéramos bajado varios puestos en el ranking, seguro.
Lo que sí que probablemente les guste a quienes nos votaron es nuestro espíritu sencillo, afable y tranquilo, que nos quitan todos los vuelos internacionales, nos mantienen autopistas de caro peaje y nos retrasan por enésima vez la variante del Pajares y ni pestañeamos, que eso de la Asturias dinamitera ya no se lleva. Cómo seremos de naturales y sencillos que hay alguno que hasta se duerme en el puticlub ese del que dice el dueño que no ye puticlub. Una siesta la mar de tranquila si no fuera por les perres que le desaparecieron. Y es que a campechanos no nos gana ni el emérito Juan Carlos.
Y en estos días puede que aún nos admiren más ya que en Asturias tenemos la oportunidad de ver y escuchar a unas cuantas personas sabias en sus respectivos saberes. A lo largo de toda esta semana podemos enriquecernos y aprender con sus historias, con sus creaciones, con sus experiencias. Qué lástima no poder conocer en persona a la escritora Fred Vargas pues no ha podido venir por problemas de salud…
Aunque, como cinéfaga impenitente, siento el mayor de los orgullos por tener aquí, en la nuestra Asturias, al director Martin Scorsese. En estos tiempos de discursos antiinmigración, este descendiente de inmigrantes sicilianos nos contará en primera persona detalles de algunas de las mejores películas de la historia del cine, películas en las que la religiosidad, la violencia, la culpa o la redención se muestran con impecable maestría. Mister Scorsese, espero disfrute de Asturias, la región más querida.
NO MÁS BANALIDADES (22-10-18)
Hoy, en vez de desfiles por alfombras azules, preferiría hablarles, si no les importa, de la necesidad de hacer las paces con la naturaleza. No se cansó de repetirnos la semana pasada la bióloga y oceanógrafa Sylvia Earle que estamos destruyendo de forma brutal e implacable los océanos, nuestros océanos, esos que ella conoce tan bien.
Los seres humanos actuamos realmente como adolescentes perpetuos, funcionamos como si fuésemos inmortales y cerramos los ojos a la realidad: nos estamos cargando el planeta.
Pequeños gestos individuales y colectivos de cuidado medioambiental, adquieren, así, mayor trascendencia. Ahí tenemos, sin ir más lejos, los 44 km de carril bici que se van a crear para conectar casi todo Oviedo. Ojalá siga cundiendo el ejemplo.
Hoy, en vez de un top blusa de bajo coste, preferiría hablarles, si les parece, de la periodista y profesora Alma Guillermoprieto y el amor que profesa con mayúsculas a su oficio. Oficio en el que, como afirma rotunda, no sólo cuesta vivir, cuesta sobrevivir.
Asistimos a múltiples asesinatos de periodistas por buscar la verdad y poner en aprietos a los que mandan. Asesinatos que, a diferencia de lo que nos cuentan en las películas, en la realidad quedan sistemáticamente impunes.
Hoy, en vez de hogueras de egos y vanidades, preferiría hablarles, si ustedes lo ven bien, de Nice Nailantei Leng’ete, activista y embajadora de Amref Health Africa, pero no porque lleve un exótico atuendo, sino porque su labor y la de otra mucha gente ha evitado que a 15 mil niñas les corten el clítoris a navaja o las casen con hombres mayores que destrozan sus cuerpos y su infancia.
Y, ya puestos, hoy, en vez de banderas en los balcones, preferiría hablarles, si lo creen conveniente, de la grave situación de los cientos de trabajadores despedidos de Alcoa Y de todas las personas que directa o indirectamente sufrirán las consecuencias de decisiones tomadas en despachos, o vayan ustedes a saber dónde, pero, en cualquier caso, lugares muy, pero que muy alejados de la realidad de quienes dependen de su sueldo para vivir con dignidad.
Y me tendrán que perdonar, pero lo del recule del Supremo tiene que quedar para otro día, que hoy ya no da tiempo…
UNA HORA MÁS (29-10-18)
Resulta que ayer nos regalaron una hora. Que igual es la última vez que nos pasa, andan por alguna comisión europea estudiándolo, pero no se ponen de acuerdo respecto al horario en el cual quedarse, si en el de ir a oscuras a trabajar por la mañana, o si en el de tomar el café de la comida ya entrada la noche. A ver en qué queda al final…
Sea como sea, ayer tuvimos una hora más, una hora entera más que había que aprovechar:
– Parece ser que mucha gente la usó para pedir firmas contra el cierre de Alcoa, cuyos valientes trabajadores y trabajadoras, caminaron el sábado desde Avilés a la Delegación del Gobierno en Oviedo, bajo el frío y la lluvia, para defender su sustento.
– Al hilo de esto, hubo quien utilizó esa hora de más en echar la cuenta de la diferencia entre lo que la empresa privada pagó por Alcoa cuando era Inespal (antigua Endasa) cuando la vendió el gobierno de Aznar y las subvenciones públicas que les han ido dando para el tema ese que no hay dios quien lo entienda de la interrumpibilidad. Pues parece ser que, una vez más, no salió a cuenta la venta.
– También es más que probable que alguien dedicara esa hora adicional a la lectura, por ejemplo, de algún libro de Carmen Alborch, mujer inteligente y culta que nos acaba de dejar, para mí un referente en calidad humana, en dignidad política y en lucha feminista.
– Y seguro que al socialismo gijonés le vino muy bien esa hora añadida para consultar un poco más con la almohada a quien votarían para presentarse a la alcaldía. Muy reñida resultó la cosa. Será Ana González, por la mínima.
– Hay que decir además que otra gente tuvo que gastar esa hora (y muchas más) en retirar la nieve y achicar el agua de carreteras y caminos, que el invierno ha venido y nadie sabe cómo ha sido.
– Pero, en todo caso, seguro que esa hora regalada, para la mayoría, habrá servido para dormir un poco más, una alegría para el cuerpo que, en estos tiempos que corren, hay que aprovechar.
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