APOSTAR CON UN CLICK (25-3-19)
Todo comenzó hace tres años. Todo comenzó en un local comercial de mi barrio que, hace tiempo, había cerrado. Todo comenzó con unas obras que desataron todo tipo de especulaciones, que si una agencia de viajes, que si un kiosko de prensa, libros y golosinas… Al final, nadie acertó, lo que el local albergaría iba a ser una casa de apuestas deportivas.
Que sus avispados promotores seguramente estarán convencidos de que así contribuyen mejor a cumplir los sueños de gente “curranta” con ganas de conocer mundo, o a promover información y cultura, además de endulzar la vida. Es otra manera de verlo. Disonancia cognitiva de manual, oigan…
En estos tres años, la vida de Toñín (nombre ficticio, por supuesto), un neño de 15 años de toda la vida del barrio, buen estudiante, vivaz y despierto, ha cambiado por completo. Tras un día que se metió en una aplicación en la que apostó por el club de sus amores. Tras varios días en los que su primo, con los 18 recién cumplidos, por él apostaba en el local mientras tomaban algo. Tras muchos días en los que ya sólo siente obsesión por seguir apostando, por seguir queriendo atrapar la ilusión del premio, del triunfo, del prometido éxito…
¿Cómo va a ser un problema algo que anuncian sus ídolos deportivos con sonrisas de anuncio en paneles gigantes? ¿Cómo va a ser un problema si todos sus amigos apuestan y, de cuando en cuando, ganan algo para sus gastos? ¿Cómo va a ser un problema si en casa y en las escuelas apenas se habla de ello como un problema?
Pues Toñín ya no es el mismo, ya no disfruta con nada, apenas sale ya con sus amigos y en clase le cuesta un triunfo concentrarse. Sólo piensa en cómo va a arreglárselas para volver a apostar, para solucionar lo del dinero que ha perdido, la deuda que ha adquirido, cómo va a hacer para que no se enteren en casa…
Pero, en el barrio, van a abrir otro local de apuestas más…
EL NIEMEYER QUE NOS DESLUMBRÓ (18-3-19)
Vaya por delante que yo fui una de las personas que creí que Avilés entraba en una era estratosférica cuando comenzó a funcionar el Centro Internacional Oscar Niemeyer y me dejé cegar por el oropel de ver gente como (los ahora controvertidos) Woody Allen, Kevin Spacey y Brad Pitt. También Scarlett Johansson, Carlos Saura o Jessica Lange, entre otros, anduvieron por la nuestra villa. Daba igual lo que vinieran a hacer, daba igual que fuera de más calidad o, en algunos casos, directamente mediocre, era ilusionante sentir la expectación de toda una ciudad deprimida por la reconversión industrial, lastrada por la decadencia fabril, víctima de las decisiones de grandes empresarios que siempre buscan cómo y dónde explotar más y mejor (Los de Alcoa lo saben bien ahora)
Llegué incluso a participar en alguna de las abarrotadas concentraciones ciudadanas, que se hicieron en el 2011 para defender el centro. Pero, a primeros de 2012, una charla-coloquio en la Casa de Cultura lo cambió todo… Tuve la impresión de que el impostado victimismo en gente de la dirección del centro, sumado a ciertas notorias incoherencias a preguntas muy concretas del público presente, hicieron derivar el sentir avilesino a seguir apoyando el centro, desde luego, pero no tanto la gestión…
Y ya saben cómo continúa la historia. En todos estos largos años hemos asistido a denuncias, investigaciones, acusaciones, rocambolescas fugas y abogados defensores que se apeaban de la causa encomendada. Y, como seguro ustedes también sabrán, esta mañana ha comenzado la causa contra el exdirector, su exmujer, el exjefe de producción, el exsecretario y un exagente de viajes (vaya cantidad de ex…) 20.000 folios nada más y nada menos, para destripar el caso en la Audiencia Provincial de Oviedo, declarada recientemente, por cierto, la mejor ciudad para vivir de Asturias, especialmente en lo que a limpieza se refiere. Curioso ¿no? Limpieza es lo que va a hacer falta…
SER JOVEN (11-3-19)
No suelo ser yo de las que van muy despiertas a primera hora de la mañana, pero sí lo suficiente para oír como las dos personas que iban detrás de mí en el autobús ponían verdes a los jóvenes que se acababan de subir en la última parada. “Vaya pintas”, “Siempre con el móvil”, “Esas no son trazas de ir a estudiar”
Pero no quedó ahí la cosa, no. Después, mientras comía, escuché, a quienes estaban en la mesa de al lado, hablar de los jóvenes de ahora, del botellón (eso sí, mientras se ponían ciegos de chupitos…), de su falta de valores, de su falta de compromiso, de su falta de todo…
Uno de los indicativos más claros de que nos vamos haciendo mayores es cuando empezamos a notar tantas diferencias con las generaciones más jóvenes, cuando empezamos a criticarles por su aspecto o por su forma de comportarse. Pero, sobre todo, cuando comparamos con la nuestra, añorando nuestra forma de vestir, la música que escuchábamos, las formas de divertirnos o los intereses que teníamos. Lo nuestro siempre mejor, claro está, dónde va a parar…
A todas estas personas que hoy escuché despotricar con tanto desprecio de la juventud de ahora, me hubiera gustado hablarles de esa gente joven que la semana pasada en el antroxu, recorría la calle Galiana de Avilés con artilugios hechos con su creatividad y con sus manos; de esa gente joven que el viernes pasado, 8 de marzo, llenó las calles de Gijón reivindicando con festiva vehemencia la igualdad de derechos; de esa gente joven de la Compañía Moza de teatro de Luanco, que disfruta y hace disfrutar dramatizando nuestra música, esa de los 80 que tanto idealizamos; de esa gente joven que antes del verano limpia voluntariamente las playas de toda la porquería que al mar tiramos; de esa gente joven que va, incluso, hasta el Parlamento Europeo a concienciar del cambio climático…
En fin, para otra vez, lo hago …
COPLAS DE CARNAVAL (4-3-19)
Diba esti día a Uviéu
y descubrí de sopetón,
¿Qué había hecho circular,
pola contaminación.
Respiramos malos aires
y la culpa ye de muchos …
De la xente que monja anda
y cueye el coche pa también;
De la industria y los que manden,
que nun tan por la llabor;
Y hasta de los mesmes vaques,
Qu´echen aire a dolor.
Y pa acabar de rematar,
monja cai una gota d´agua.
Vamos tener que disfrazanos
de kit antipolución.
Otro disfraz bien prestosu,
pa poner en estos díes,
ye`l d´un equipu campeón,
de hokey sobre patines.
Cinco copes de Europa,
y tres ligues españoles,
subcampeones del mundu,
estes muyeres son les meyores.
Nun salen muncho en los medios,
a pesar de un currículum tan notable.
Y cuando salen, van y llámenles,
las chicas del Telecable.
Ye curioso qu´a los homes del Sporting,
el equipu de Xixón,
nunca los anden llamando
los chicos del Pastón.
Estos díes mucha xente protestó,
cuando fue comprar el disfraz,
pa los homes son normales,
pa les neñes meyor ni hablar…
Da igual de lo que se trate,
sexy too tien que ser,
Blancanieves con liguero
y estereotipos a tutiplén.
Será pa que se dean cuenta,
desde bien pequeñes ya,
que con gustar tienen bastante,
que ser llistes nun val pa ná.
Y después así nos va,
vémoslo por toos llaos,
hay homes que nun entienden,
que nun son de su propiedá.
Ahora, pónganles ustedes a estos más humildes versos, la música de las coplas de carnaval del gran Jerónimo Granda.
Y disfruten, que el Antroxu de Asturies ye´l meyor, pal cuerpo y pal alma.
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