Percibir, evaluar, expresar, reconocer, facilitar, comprender y regular emociones puede cambiar completamente nuestra manera de enfrentarnos a las circunstancias de la vida, pues las emociones (todas ellas puesto que no existe eso de emociones buenas y malas) suponen como una especie de brújula que marca lo que queremos, lo que necesitamos, lo que nos viene bien, lo que nos daña…
El mayor conocimiento emocional también nos permite aumentar nuestra flexibilidad mental y nuestra empatía, para juzgar menos y entender más las conductas de otras personas.
Esta semana terminamos en la Casa de las Mujeres del Ayuntamiento de Avilés un taller sobre Inteligencia Emocional para afrontar la vida. Un espacio de aprendizaje y también de encuentro y enriquecimiento.
Mil gracias a las compañeras participantes. Hacéis magia con vuestras intervenciones y experiencias. Qué grandes que sois

Deja una respuesta