Consulta de psicología Marisol Delgado Artime

Si bien en todas las etapas de la vida suceden cambios a los cuales nos vamos adaptando, no es menos cierto que, a medida que nos hacemos más mayores, ese proceso de adaptación resulta más complicado de llevar a cabo al tratarse de cambios que, al contrario de etapas anteriores, no son buscados, son fruto de circunstancias que se escapan a nuestro control, como el proceso natural de envejecimiento, las dificultades de movilidad, el deterioro cognitivo, las enfermedades…

El impacto que, para la propia persona y para su entorno familiar, produce ese conjunto de cambios vitales puede resultar tan estresante que complica, y mucho, la puesta en marcha de estrategias útiles y adaptativas que hagan más llevaderas las diferentes necesidades y situaciones que se van planteando. Y, si esa adaptación no se produce, suele producirse una crisis en el seno familiar.

Abordar qué tipo de mecanismos de afrontamiento adopta cada miembro de la familia, las consecuencias de cada uno de ellos, la información que se maneja, los necesarios cambios de roles que se requieren, el estilo de comunicación que se utiliza, la empatía que se despliega o el tipo de ayuda que se presta, son algunos de los aspectos fundamentales que, según cómo se lleven a cabo,  pueden perjudicar o, por el contrario, mejorar  enormemente el clima familiar.

De todo esto trató la charla con cuidadores/as y familias en el Centro de Día de La Luz. Un encuentro bien prestoso en el que participé, invitada por Mavi y Dori, la directora y la trabajadora social, respectivamente, del centro. Siempre es un placer volver a este entrañable lugar y conocer gente que no sólo escucha, sino que también aporta sus enriquecedoras opiniones y vivencias. Muchísimas gracias.